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Una nueva era espacial para los bosques, pero el trabajo en tierra aún importa

Una nueva era en la monitorización forestal está literalmente despegando, marcando el comienzo de lo que los científicos llaman la “era espacial forestal”. El 29 de abril, la ESA lanzará su revolucionaria misión Biomasa, el primer satélite en transportar un radar de banda P al espacio: una tecnología que transformará nuestra comprensión de los bosques y el carbono que almacenan. Junto con los instrumentos de otras agencias espaciales que ya están en órbita o que se lanzarán próximamente, nunca ha habido tantos ojos en el cielo centrados en los bosques.

Sin embargo, el trabajo de quienes trabajan sobre el terreno, a menudo en las regiones forestales más remotas y complejas, también sigue siendo esencial.

El radar de apertura sintética de banda P del satélite Biomasa de la ESA es capaz de atravesar incluso las copas de los árboles más densos para medir troncos, ramas y tallos, donde se almacena la mayor parte del carbono forestal. Estas mediciones actúan como un indicador del almacenamiento de carbono, cuya evaluación es crucial para comprender mejor el ciclo del carbono terrestre.

Satélite de biomasa

Próximamente se le unirá la misión NISAR de EE. UU. e India, un instrumento de apertura sintética de banda L diseñado para proporcionar datos complementarios. Junto con el sistema lidar GEDI de la NASA, ya a bordo de la Estación Espacial Internacional, la misión de radar de banda C Sentinel-1 de Copernicus y otras misiones, ofrecen una visión sin precedentes de los bosques de la Tierra.

Mientras tanto, el Proyecto Biomasa de la Iniciativa sobre el Cambio Climático de la ESA utiliza datos a largo plazo de estas diferentes fuentes para proporcionar una imagen transparente y coherente del estado de los bosques del mundo y evaluar la variación anual de la biomasa a lo largo del tiempo. Esta información se utiliza para comprender tanto el ciclo del carbono como la dinámica forestal y, al combinarse con modelos climáticos, contribuye a una mejor predicción del cambio climático futuro.

Estudio de base en el bosque inundado del norte de Perú

A pesar de su sofisticación, los instrumentos espaciales no miden directamente la biomasa ni la biodiversidad forestal. La validación terrestre es esencial, especialmente en los bosques tropicales, donde la gran diversidad de especies vegetales y ecosistemas dificulta una clasificación sencilla desde el espacio.

“Incluso el satélite más avanzado no puede distinguir una caoba de un castaña de Brasil sin ayuda desde tierra, y solo en la Amazonía existen más de diez mil especies de árboles”, afirmó el profesor Oliver Phillips, de la Universidad de Leeds, quien colabora en los esfuerzos de validación con sus colegas.

Aquí es donde entra en juego la red global de científicos, botánicos y técnicos forestales, muchos de los cuales trabajan en condiciones difíciles, con recursos limitados y, a menudo, peligrosas. Se necesitan mediciones terrestres a largo plazo para verificar las lecturas satelitales, garantizar la precisión y mantener registros consistentes a lo largo del tiempo.

 

Medir árboles puede ser un ejercicio de equilibrio

Para apoyar esta labor vital, investigadores de los campos de la silvicultura, la ecología y la teledetección lanzaron GEO-TREES, una iniciativa global destinada a unir a estas comunidades y promover colaboraciones científicas más justas y equitativas.

Klaus Scipal, director de la Misión de Biomasa de la ESA, explica: «El objetivo de GEO-TREES es establecer un mecanismo de financiación sostenible para apoyar a los ecólogos y expertos que trabajan en los bosques y realizar las mediciones árbol por árbol necesarias para validar los productos de datos satelitales.

GEO-TREES implementará rigurosos protocolos de validación sobre el terreno e impulsará importantes inversiones en las personas que están detrás de los datos, especialmente en el Sur Global, donde reside gran parte de la biodiversidad mundial.

Escalando árboles para la ciencia

“Satélites como nuestro Biomass ofrecen una gran cantidad de información para comprender nuestro mundo cambiante, pero no debemos olvidar a quienes trabajan incansablemente sobre el terreno tomando mediciones in situ, a menudo en condiciones difíciles, y que nos permiten confiar en los datos obtenidos desde el espacio”.

La directora de Programas de Observación de la Tierra de la ESA, Simonetta Cheli, añadió: “Los equipos dedicados que trabajan sobre el terreno para recopilar datos vitales de verificación de campo son fundamentales para el éxito de nuestras misiones.

“Sus contribuciones ayudan a garantizar que nuestras misiones Earth Explorer ofrezcan ciencia excepcional, la ciencia que constituye el núcleo de nuestro programa FutureEO”.

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